jueves, 8 de octubre de 2009

BLANCA

Víctor y yo comenzamos esta extraña relación sin saber muy bien porque la emprendíamos, la cosa surgió y simplemente dejamos que los hechos se sucedieran.
Estábamos en algún bar de mala muerte cuyo nombre no recuerdo muy bien ahora, una noche cualquiera, sumidos en el hechizo del alcohol. Víctor me contaba sus últimas conquistas, lo cierto es que era un casanova, el muy cabrón. La noche continuaba, y nosotros cada vez más embriagados.
Yo simulaba prestarle atención a mi colega de barra, pero lo cierto es que no podía dejar de pensar en Lucía, mi mejor amiga y el amor de mi vida, todos mis pensamientos, mis suspiros, incluso los tragos a mi copa iban por ella.
No recuerdo muy bien que hora sería cuando nos percatamos de su presencia, parecía brillar en aquel tugurio, era preciosa, tanto Víctor, por su afán de conquistador, como yo, quizá lanzado por la necesidad de olvidarme de Lucía, sentimos la necesidad de conocerla, era maravillosa.
Se llamaba Blanca, y era la primera vez que se encontraba entre mi circulo de amistades. La besé al presentarme, su tacto fue algo inolvidable, su olor era maravilloso, parecía una diosa toda vestida de blanco, valga la redundancia.

Víctor y yo continuamos charlando bajo la atenta mirada de Blanca, y tras unas horas más decidimos despedirnos de ella y marcharnos a casa. Pero no sería así.
Cuando nos disponíamos a despedirnos, Blanca decidió tomar la iniciativa, fuimos de bar en bar, Blanca cada vez era más posesiva, cada vez le pertenecíamos más, unas veces era Víctor el que la acompañaba al baño, otras veces era yo, pero cada vez era más maravilloso.

Cada vez que salíamos de un bar el pueblo me parecía más diferente. Entre copas, bares y Blanca la noche terminó.
Pasaban los días, pasaban las noches y cada día nuestra relación con Blanca iba a mejor.

Nadie en nuestro entorno sabía de la existencia de esta extraña “diosa”. Comenzamos a salir por lugares diferentes. Conforme se sucedían los días y los meses, perdimos a nuestros amigos, nuestros trabajos, etcétera, pero la teníamos a ella.
Una noche Víctor y yo paseábamos con Blanca por una oscura calle de nuestro pueblo, cuando esta me susurró algo al oído, me dijo que si acababa con Víctor sería entera para mi. Cogí una piedra grande de un contenedor de obra y reventé la cabeza del que fuera mi mejor amigo, por fin, Blanca sería sola para mi.
Me abalancé sobre Blanca con la intención de hacerle el amor violentamente allí mismo junto al cadáver de mi víctima. Cuánto más me regocijaba con Blanca, más perdía el sentido de la realidad, solo recuerdo sirenas y luces azules y rojas.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a mi amada Blanca, estoy en prisión por el asesinato de Víctor y todavía me quedan algunos años más.
Ni con Lucía, ni tampoco con Blanca, la verdad es que no tengo suerte con las mujeres.

(#)Blanca llega hasta mi mente
Jura que ella es diferente
Y es hermosa hasta en su forma de mentir
Quién sabrá lo que ella sueña
Lo que siente y lo que enseña
La razón por la que permanezco fiel
Blanca, eres tan cruel(#)


(#)Extraido de la canción Blanca de NACHO VEGAS, con todos mis respetos señor Vegas.

3 comentarios:

Yhandros dijo...

Drogadicto!

Heela dijo...

Como te pueden salir tantas cosas para escribir con tanta Blanca en tú vida? O es Blanca la verdadera inspiración?
De quién más estás enamorado? de Negrita? En todo caso con las dos a la vez no! eh? :P

Elperro dijo...

pues yo me imaginaba que haciais un trio